Trastornos Alimentarios
Los trastornos alimentarios son expresiones complejas de angustia emocional que generalmente involucran la relación de una persona con la comida y el peso.
Los principales tipos de trastornos alimentarios son:
- Anorexia nerviosa (AN): pérdida de peso deliberada, miedo al aumento de peso y a la grasa y alteración de la imagen corporal.
- Bulimia nerviosa (BN): un patrón de pérdida de peso deliberada, intercalada con comilonas (comer sin control) y comportamientos compensatorios subsiguientes (vómito inducido, uso indebido de laxantes, ejercicio excesivo).
- Trastorno de comilonas (BED): episodios recurrentes de comilonas que resultan en aumento de peso.
- Otros trastornos alimentarios específicos: dificultades relacionadas que no satisfacen totalmente los criterios de AN, BN o BED.
Los trastornos alimentarios son más comunes en mujeres que en hombres. Los trastornos alimentarios tienen un amplio rango de consecuencias para la salud incluida una de las tasas de mortalidad más altas entre las condiciones de salud mental.
Los síntomas de los trastornos alimentarios incluyen:
- Pérdida, aumento o fluctuaciones marcadas de peso
- Fatiga, mareos o desmayos
- Anomalías orales y dentales (por ejemplo, perimólisis, agrandamiento parotídeo)
- Dificultades cardiorrespiratorias (por ejemplo, arritmias, edema)
- Dificultades gastrointestinales (reflujo, hemorroides)
- Dificultades endocrinas (amenorrea, baja densidad mineral ósea)
- Neurológicos/neuropsicológicos (por ejemplo, convulsiones, pérdida de memoria, concentración deficiente)
- Dermatológicos (por ejemplo, pérdida de cabello, callos en el dorso de la mano)
- Otros problemas comórbidos de salud mental
Trastornos alimentarios: Consideraciones para Deportistas de Elite
Los deportistas tienen más riesgos de comer desordenadamente si consideran posible mejorar su desempeño deportivo regulando el peso. Se han identificado tres períodos clave que representan un mayor riesgo para las personas involucradas en actividades físicas competitivas: la etapa de desarrollo, los períodos no competitivos y el retiro o cese de la actividad física intensa.
Ciertos atributos de la personalidad que se aprecian más frecuentemente en deportistas de elite (por ejemplo, perfeccionismo, tendencia a reglas implacables, gran autodisciplina hasta el exceso de autocontrol) se pueden expresar en su relación con los alimentos, la imagen corporal o el ejercicio y pueden cruzar una línea hacia lo disfuncional.
Los pares influyen en las normas sociales y valoraciones de autoestima y los deportistas pueden encontrarse en un ambiente en el que sus pares también tienen muchos de los mismos atributos de personalidad y donde la restricción o modificación de la ingesta de alimentos, el ejercicio y las conductas sobre controladas se consideran importantes y son norma.