Consideraciones fisiológicas para el entrenamiento infantil

Los niños no son adultos pequeños. No tener esto en cuenta es un error que muchos entrenadores pueden cometer al diseñar e implementar planes de entrenamiento para niños. No es satisfactorio usar las mismas prácticas y ejercicios que se usan con adultos y tal vez reducir las repeticiones, series o la resistencia utilizada para hacer que la sesión sea más fácil. Los niños son una población difícil debido principalmente a todas las cuestiones que rodean el crecimiento, la maduración y el desarrollo que se han analizado en los módulos anteriores. Hay varios factores fisiológicos que los entrenadores deben tener presente que pueden afectar la capacidad de entrenamiento de las aptitudes físicas de los niños.

En los niños el sistema nervioso no está completamente desarrollado a esta edad (Kenny y otros, 2015). El aislamiento alrededor de las células nerviosas no está completamente formado y, como tal, las señales nerviosas que se envían son más lentas y no tan eficientes. Este aislamiento solo se desarrolla plenamente después de la pubertad y, por lo tanto, en los niños, su sistema nervioso no está funcionando de manera óptima a esta edad (Kenny y otros, 2015). Las destrezas y movimientos pueden volverse mucho más refinados y eficientes con la práctica durante la infancia pero el desarrollo completo de una habilidad o movimiento puede depender de la maduración total del sistema nervioso (Kenny y otros, 2015). Esto es importante que sea entendido por los entrenadores ya que si bien las habilidades o el movimiento nunca se desarrollarán completamente durante la infancia en cambio se sentarán las bases de estas habilidades. Si el niño hace buenas prácticas y entrenamiento en habilidades fundamentales de movimiento y habilidades específicas del rugby desarrollará una base de destrezas para aprovechar el sistema nervioso en maduración y desarrollará totalmente sus habilidades a medida que crezca.

El crecimiento de las extremidades también requiere una cuidadosa consideración por parte de los entrenadores cuando se trata de desarrollar habilidades y patrones de movimiento. Correr es una habilidad crucial para el juego del rugby. La mecánica de la carrera y el desarrollo de esta habilidad en los niños serán afectados por los cambios en la longitud de las piernas a medida que el niño crece. En general, los niños habrán alcanzado el 95% de la longitud de sus piernas adultas cuando tengan 12 años (Joyce y Lewindon, 2014). Este rápido crecimiento durante la infancia afectará la coordinación y la capacidad del niño para desarrollar la habilidad de correr. Esta es una consideración crucial.

El niño también tiene una capacidad mucho menor para los esfuerzos de alta intensidad en comparación con el adulto. Esto se debe al desarrollo de los sistemas de energía del cuerpo. Los niños tienen menores reservas de glucógeno muscular (combustible para la producción de energía) y menor concentración de las enzimas utilizadas en las reacciones químicas que permiten al cuerpo producir energía rápidamente para los esfuerzos de alta intensidad (Kenny y otros, 2015). Dado que las explosiones de juego de alta intensidad son comunes en el rugby tener conciencia de esto es muy importante para los entrenadores. Esto afecta el diseño de la sesión de entrenamiento ya que es importante no fatigar demasiado a los niños.