Objetivo de la entrada en calor

Los niños a menudo realizarán actividades físicas y ejercicios sin ninguna preparación previa. Ellos empiezan y se detienen cuando se sienten bien y, a menudo, realizan una variedad de juegos y ejercicios explosivos y basados en la resistencia, por ejemplo, juegos en base a saltar y saltar en una sola pierna y juegos basados en correr como tag rugby o de persecución. Los entrenadores deben preguntarse: si los niños simplemente hacen ejercicio de forma natural sin preparación, ¿cuál es el propósito de la entrada en calor y si beneficiará el entrenamiento y el aprendizaje del niño? Una entrada en calor bien diseñada puede ser muy beneficiosa para cualquier sesión de entrenamiento ya que prepara a los jugadores para la sesión que sigue. Los niveles de concentración en los niños pueden ser bajos por lo que una entrada en calor puede hacer que sintonicen y trabajen en algunas destrezas antes de la sesión principal. También hay un beneficio fisiológico de hacer entrar en calor a los jugadores ya que los músculos generalmente funcionan más eficientemente a una temperatura corporal más alta, lo que es bueno para el rendimiento. Como se analizó en los módulos anteriores la cantidad real de entrenamiento formal estructurado debe ser baja. Se los debe alentar a aprender habilidades de movimiento y destrezas deportivas a través de actividades y juegos que fomenten la exploración, disfrutar y la sensación de haberlo logrado. El entrenador debe procurar trasladar esta filosofía a la entrada en calor para continuar interesando a los niños en el deporte y el rugby. La entrada en calor puede tener un objetivo específico o una meta como el desarrollo de habilidades fundamentales de movimiento por ejemplo, pero debe ser divertido y que se pueda disfrutar. Una entrada en calor siempre debe tener un propósito y no debe ser nunca ignorada. Son 10-15 minutos de la sesión de entrenamiento y, por lo tanto, debe sumar algo a la preparación, el aprendizaje y el placer que el niño obtendrá durante la sesión.