Obstrucción de la vía aérea

Al considerar causas de la obstrucción de la vía aérea es útil dividir la vía aérea en tres zonas: La vía aérea superior (encima de la laringe), laringe y vía aérea inferior (debajo de la laringe).

Vía aérea superior: En un jugador con un nivel de consciencia reducido se considera que la vía aérea está comprometida. En otras palabras, ese jugador no puede proteger su propia vía aérea. Un GCS de 8 o menos, o P en la escala AVPU, se toma tradicionalmente como que la vía aérea está en riesgo. Esto no es absoluto y se debe usar el juicio clínico. Si el jugador no puede proteger su propia vía aérea hay un riesgo significativo de aspiración (material extraño que pasa a los pulmones). Esto puede causar obstrucción, laringoespasmo, broncoespasmo, infección, neumonitis o desequilibrio de ventilación-perfusión. Sangre, vómito, contenido gástrico y dientes desprendidos pueden haber sido aspirados. Es esencial que se tomen medidas rápidas para impedir o minimizar la aspiración.

Un jugador que tiene un nivel de consciencia reducido también está en riesgo de oclusión de la vía aérea con su propia lengua. La lengua es una estructura muscular grande que se asienta en el suelo de la boca. Cuando un jugador con un nivel de consciencia reducido se coloca en posición supina, la lengua cae hacia atrás provocando la oclusión de la vía aérea.

Materiales externos tales como protectores bucales o goma de mascar pueden también causar obstrucción de la vía aérea. Es esencial que éstos sean identificados y manejados adecuadamente en el momento oportuno.

Laringe: La laringe es relativamente estrecha y si elementos extraños pasan a través de la parte superior de la vía aérea pueden alojarse en la laringe provocando una obstrucción parcial o completa de la vía aérea. En un jugador consciente esto se presentará como “asfixia”, pero en el jugador inconsciente puede no ser tan obvio y deberá mantenerse un alto índice de sospecha.

Un problema adicional en este nivel es el laringoespasmo. Este acto reflejo hace que las cuerdas vocales se cierren con fuerza, ocluyendo así las vías respiratorias. Otro problema a este nivel es el traumatismo laríngeo directo. Una fractura laríngea puede causar una obstrucción rápida de las vías respiratorias debido a la formación de hematomas, hemorragias o enfisema subcutáneo, y puede ser una situación muy difícil de tratar debido a la distorsión anatómica. En este capítulo se describen las técnicas para identificar y tratar los traumatismos laríngeos.

Vía Aérea Inferior: Cualquier elemento que pueda pasar a través de la laringe puede causar un problema en la vía aérea inferior. Típicamente, este es un problema de líquidos (sangre, vómito o contenidos gástricos) pero puede incluir material extraño, por ejemplo un diente que se ha salido.

Si el material se aspira hasta la vía aérea inferior puede causar broncoespasmo, infección, neumonitis, desequilibrio de ventilación-perfusión significativa o colapsar el pulmón distal. Si se cree que un jugador ha aspirado alguna materia (o si se le ha salido un diente que no puede ser hallado) el jugador debe ser evaluado por el Departamento de Emergencias.

Reconocimiento de obstrucción de la vía aérea

En la evaluación formal de la vía aérea se utilizará un enfoque “mirar, escuchar y sentir”. Sin embargo si un jugador puede hablar sin dificultad respiratoria, no hay ruidos anormales y la voz es normal, es poco probable que la vía aérea esté comprometida. En un jugador con un nivel de consciencia reducido o en los que hay alguna preocupación respecto de las vías aéreas se utilizará un enfoque “mirar, escuchar y sentir”.

Mirar: Debe observarse el movimiento del pecho y abdomen del jugador. Durante la inspiración, el pecho debe elevarse a medida que los pulmones se inflan. El abdomen también debe elevarse a medida que el diafragma se contrae, moviéndose hacia abajo forzando la pared abdominal anterior a subir.

Si se bloquea la vía aérea, el pecho aún puede elevarse debido a la actividad muscular de la pared torácica, pero el abdomen será “aspirado” hacia adentro debido a la presión intratorácica negativa generada por el movimiento de la pared torácica. Esto crea el denominado patrón “sube y baja” de respiración.

”Mirar” también implica inspeccionar la orofaringe de materias extrañas y evidencia de traumas.

Escuchar: Es importante escuchar con atención en la boca del jugador. En particular, el rescatista debe escuchar la presencia de sonidos respiratorios, así como la presencia de otros sonidos. Ruidos de gorgoteo implican líquido en la vía aérea. Esto puede deberse a secreciones, sangre, vómito o contenido gástrico. El ronquido o ruidos tipo chirrido implican la obstrucción de la vía aérea superior. El silbido implica la obstrucción de las vías respiratorias inferiores. Es importante no quedar falsamente tranquilo por la ausencia total de sonidos o porque los ruidos de obstrucción iniciales se van silenciando. Esto puede indicar simplemente la completa (o casi completa) obstrucción de la vía aérea

Sentir: El rescatista debe sentir el aire espirado de la boca y la nariz del jugador.

Estas tres maniobras pueden ser convenientemente combinadas en una sola. El rescatista debe mantener su cabeza por encima de la cabeza del jugador y girarla para mirar el pecho. Esto permitirá la inspección de movimientos del pecho y el abdomen al mismo tiempo que escucha sonidos respiratorios y ruidos anormales de la vía respiratoria mientras siente el aire expirado en la mejilla.