Entrenamiento de agilidad reactiva
El módulo de aprendizaje online Preparación Física Juvenil introdujo el entrenamiento en técnicas de agilidad y ejercicios planificados de cambio de dirección. Sin embargo, en el entrenamiento, buscamos adherir al principio de especificidad y, en una situación de juego, el jugador rara vez planificará su cambio de dirección (Holmberg 2009). La ejecución de un cambio en la dirección será en respuesta a un estímulo, por ejemplo, el movimiento del jugador defensor puede hacer que el atacante cambie rápidamente de dirección a un lado determinado. Las investigaciones parecen sugerir que más jugadores de alto nivel tendrán un mejor desempeño en las pruebas de agilidad reactiva en comparación con los jugadores de bajo nivel, mientras que en las pruebas de cambio de dirección planificadas no hubo diferencia entre los niveles de habilidad (Inglis y Bird, 2016). Esto indica que la agilidad reactiva podría estar relacionada con jugar en un nivel superior y, por lo tanto, debería incluirse en el plan de entrenamiento. También se ha demostrado que la probabilidad de lesiones aumenta cuando el movimiento no es planificado, por lo que entrenar la capacidad de reacción es importante para reducir el riesgo de lesiones (Holmberg, 2009).
Cuando entrenamos la agilidad reactiva, todavía estamos buscando asegurarnos de que la técnica de cambio de dirección sea sólida y la mecánica del movimiento sea consistente, pero también estamos incorporando un componente de percepción al entrenamiento. Las habilidades de percepción nos permiten detectar una señal y producir una respuesta adecuada a una situación deportiva específica. La agilidad reactiva está influenciada por la señal que el jugador recibe y su capacidad de percepción y de toma de decisiones basada en esta señal (Engelbrecht y otros, 2016). Esta señal puede ser visual o auditiva y ambos tipos pueden ser incorporados a los ejercicios de agilidad reactiva. A continuación se presentan ejemplos de ejercicios de agilidad reactiva: