Especificidad

El cuerpo se adaptará a las exigencias específicas que se le impongan. El entrenamiento para un deporte implica adaptaciones específicas de los patrones de movimiento, músculos utilizados, fuerzas producidas y demanda de energía del entrenamiento (Bompa y Haff 2009). Por lo tanto, es lógico pensar que para que el entrenamiento se traslade al rendimiento en el rugby tiene que ser de naturaleza específica (Foran 2001). Comprender las demandas del juego permitirá al preparador físico seleccionar e idear ejercicios de acondicionamiento y actividades que preparen a los jugadores para enfrentar los desafíos específicos del juego. El punto clave de este principio es que el entrenamiento del jugador debe ser comandado tanto por las demandas del juego como por su posición de juego. El entrenador debe tener cuidado, sin embargo, para no hacer el entrenamiento demasiado específico. Todos los jugadores necesitan habilidades generales de movimiento, fuerza y ​​acondicionamiento a través de una gama de métodos de entrenamiento para mejorar el rendimiento y reducir el riesgo de lesiones. Una práctica común es hacer que el entrenamiento y acondicionamiento físico sean más generales al principio de la pretemporada y a medida que se acerca el inicio de la temporada se incluyan trabajos más específicos para la posición.