Individualización

Cada jugador es diferente y estas diferencias requieren consideración al diseñar un plan de entrenamiento. Hay muchos factores que pueden diferir entre personas y, por lo tanto, afectar el plan de entrenamiento, por ejemplo, la edad del jugador, edad de entrenamiento, genética, morfología corporal, género y posición. El principio de individualización propone que el entrenamiento se ajuste a la persona para que tenga en cuenta estas diferencias y proporcione el plan de entrenamiento más eficaz posible (Bompa y Haff, 2009). Por ejemplo, un plan de entrenamiento diseñado para una mujer de 18 años con una edad de entrenamiento de 3 años puede no ser el plan ideal para desarrollar a un hombre de 25 años con una edad de entrenamiento de 6 meses. Las diferencias en la tasa de recuperación entre jugadores también pueden ser evidentes. Se ha demostrado que mientras el 80% de los jugadores que se entrenaron con fuerza se recuperaron al tercer día después del entrenamiento, el 20% de los jugadores no se recuperaron (McLester y otros, 2008). Si bien la individualización es la estrategia ideal, el entrenador puede no tener el tiempo ni los recursos para realizar la personalización del programa de acondicionamiento de todo el plantel. Pero cuando sea posible, se debe considerar la individualización del entrenamiento ya que produce mejores resultados de entrenamiento. Los preparadores físicos que ignoran la individualización corren el riesgo de sobreentrenar a los jugadores menos avanzados o maduros mientras subentrenan a los jugadores más avanzados y experimentados (Sharkey 2006).